Air France y Airbus, sentados en el banquillo

Air France y Airbus se enfrentan a un nuevo juicio por el accidente del vuelo AF447 de la primera aerolínea francesa, después de más de 13 años del siniestro en el que murieron 228 personas, ocurrido el 1 de junio de 2009, en la ruta Río de Janeiro-París. Se estima que el proceso dure unas nueve semanas, hasta el 8 de diciembre. A la causa por presunto homicidio involuntario, se han sumado 489 querellantes solidarios.

El 1 de junio de 2009, el vuelo AF447 desapareció de la pantalla del radar cuando operaba la ruta de Río de Janeiro a París, con un Airbus A330 y 228 personas a bordo. Tres días después, la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) localizó inconfundibles restos del avión de Air France, con parte de la librea de la aerolínea. Francia admitió la tragedia: el Airbus A330 de la aerolínea de bandera francesa se había estrellado en el Atlántico.

No obstante, la recuperación de los restos fue difícil y tampoco se hallaban los cadáveres de las víctimas, ni las cajas negras de la aeronave. La causa no estuvo clara durante mucho tiempo.

Ambas empresas, que han negado su responsabilidad por el accidente aéreo, se enfrentan a sendas multas de hasta 225.000 euros, cifra que no afectaría demasiado a sus resultados, pero un veredicto de culpabilidad sí podría dañar seriamente la reputación de estos dos gigantes ​​de la aviación

La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) localizó inconfundibles restos del avión de Air France, con parte de la librea de la aerolínea

Las investigaciones

Días después del accidente, se conoció que el fallo de los ‘pitots’ o sensores de velocidad sería una de las causas. Según la Oficina de Investigación y Análisis (BEA, por sus siglas en francés), que conduce las averiguaciones sobre los accidentes aéreos, señaló que la secuencia de mensajes automáticos del vuelo 447, del ACARS (Aircraft Communications Addressing and Reporting System), en sus últimos minutos mostraba que estos sensores enviaron «informaciones contradictorias» sobre la velocidad del avión que operaba el vuelo AF447.

BEA apuntó que la incoherencia de los datos pudo provocar que dejaran de funcionar algunos sistemas electrónicos, como el piloto automático

En mayo de 2011, se recuperó el grabador de datos de vuelo a una profundidad de unos 4.000 metros. En 2012, el informe de los expertos señaló que, por el errático funcionamiento de los sensores, los pilotos ya no sabían si subían o bajaban. Dirigieron la máquina tan abruptamente hacia arriba que la corriente rompió las alas y el avión cayó al mar.

Enfrentamientos

Mientras, el sindicato Alter de Air France pidió a sus afiliados no operar los Airbus A330 y A340 hasta que la compañía hubiese completado la sustitución de los ‘pitots’ o sensores de velocidad; si bien no todos los aparatos tenían el problema.

Air France reconoció en un comunicado que desde mayo de 2008 se habían venido constatando «incidentes de pérdidas de información anemométrica en altura de crucero» en los A340 y A330.

Por ello, los abogados de las víctimas argumentan que ya se conocían problemas con los sensores de hielo. El caso judicial sigue una larga trayectoria de disputas legales, aunque ya hace muchos años la aerolínea llegó a un acuerdo con las familias de las víctimas.

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Fuente: Hosteltur

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