Los propietarios de alojamientos rurales han observado que la factura de la luz “ha subido más de un 50%” con respecto al año pasado, y nueve de cada diez sostiene que el tope al precio del gas ha contribuido a ese aumento
De acuerdo a datos de ClubRural el propietario de un alojamiento de capacidad máxima para 12 personas en Albacete, ha pasado de pagar 1.450 euros de luz en junio y 2.450 € en julio a 3.260 euros en agosto, “de los que 1.200 euros son del tope de gas”. Un alojamiento en Girona, con capacidad máxima para 16 personas, pasó de 500 a 1.400 euros y en Ávila, un alojamiento con capacidad para 28 personas, de 600 a 1.300 euros.
El 90% de los propietarios se queda del tope al precio del gas. Uno de ellos pagó en julio 883 euros, de los cuales “450€ son de energía consumida y 283€ de cargos normativos, es decir, el tope al gas” y otro afirma que “con la compensación del gas, pago tres veces más que antes”.
Alternativas para continuar con el negocio
Pese a que el turismo rural también ha subido sus tarifas al dispararse el coste de la energía, ocho de cada diez propietarios cree que es “insostenible el mantenimiento de sus alojamientos». Es por esto que se plantean abrir en las épocas de mayor demanda: “yo lo tengo clarísimo, este invierno solo abro en puentes y navidades”.
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Pero no es lo único, los propietarios también analizan instalar paneles solares fotovoltaicos. De acuerdo al informe “Perfil y tendencias del propietario rural 2022” de ClubRural.com, el 22,7% ya cuentan con placas instaladas y el 20,4% prevé hacerlo próximamente para contrarrestar los costes.
A su vez, piensan en sustituir la calefacción habitual por estufas de pellets; disponer de ventiladores de techo de cara al verano 2023 e instalar sistemas de radiadores de agua para calderas y chimeneas.
Fuente: Hosteltur
