Lucía Velasco: "Cuando digitalizas una sociedad, afecta al mercado laboral"

En el ámbito laboral, es frecuente asociar la tecnología «con un robot que viene a quitarte tu puesto de trabajo, pero deberíamos comprender que la tecnología está diseñada para ayudarnos», afirma Lucía Velasco Jones, autora del libro «¿Te va a sustituir un algoritmo?». Es economista, hasta mayo fue directora del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) y ahora trabaja en Florencia, en la Escuela de Gobernanza Transnacional.

En su libro “¿Te va a sustituir un algoritmo?” habla de futuro, pero los efectos de la digitalización son ya palpables en el mercado laboral…

El cambio tecnológico está presente desde hace muchos años, lo que hacemos es acelerarlo porque cada vez hay más avances que nos permiten ir más rápidos. Parece que la vida con todos sus imprevistos nos empuja a cambiar y a digitalizarnos más rápido, y cuando digitalizas una sociedad, el mercado laboral se ve afectado.

¿Hay riesgos en esta digitalización?

En cualquier cambio, y sobre todo en una disrupción como ésta, se requiere una gestión de la transición porque no necesariamente tiene por qué ser bueno. Los cambios son buenos si se gestionan, se diseñan y se dirigen hacia algo que nos beneficie. En el mercado laboral, según las cualificaciones, el sector y seguramente la edad, te vas a ver más impactado en positivo o en negativo.

¿Cómo se ha de gestionar este cambio?

Todo el mundo tiene una parte de responsabilidad. Sería un error pensar que la responsabilidad recae únicamente en otro, ya sea la empresa o el Gobierno. Todo el mundo tiene que poner de su parte porque, al final, hay una parte del cambio que tiene que venir de la propia persona y tomar las riendas de su actualización profesional. Este nuevo mundo laboral, altamente digitalizado, te obliga a una constante actualización.

Lucía Velasco ha trabajado tanto en el ámbito privado como público. Fue directora del Gabinete de la Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial y ha formado parte del gabinete de diferentes ministerios y del Congreso de los Diputados. Durante casi un año estuvo al frente del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) -dependiente del Ministerio de Economía y Transformación Digital- y actualmente trabaja en la Escuela de Gobernanza Transnacional del Instituto Europeo de Florencia (EUI). Además, colabora como experta independiente con la Comisión Europea y la OCDE.

¿En qué medida el algoritmo condicionará nuestras vidas?

La tecnología, la inteligencia artificial, la están desarrollando personas, empresas y gobiernos. Hay actores que pueden influir sobre su desarrollo. No hay nada decidido, pero es evidente que los algoritmos están presentes en nuestras vidas y van a estarlo cada vez más. Están en todas las app de nuestros teléfonos, están cada vez más en un montón de actividades que hacemos en nuestro día a día, en el transporte, cuando buscamos cosas en internet… El siguiente paso va a ser incorporarlo seguramente a los servicios públicos. Es algo que está por llegar y sin duda va a estar presente en nuestro día a día cada vez más.

Aplicado al mercado laboral, el algoritmo puede resultar un poco inquietante, pero ¿cuál serían sus aplicaciones más positivas?

No tenemos que ver a los algoritmos o a la inteligencia artificial como una especie de sujeto externo que viene a suponer una amenaza. Solemos asociarlos a un robot que viene a quitarnos el puesto de trabajo, pero deberíamos comprender que la tecnología está diseñada para ayudarnos, para hacer nuestra vida más fácil. Por tanto, cualquier sistemática para ser más eficientes en los procesos, para evitar fallos, es positiva. También para garantizar un trato homogéneo, una experiencia de cliente que siempre sea igual, que es lo que buscan las marcas.

¿En qué medida mejora la experiencia del cliente?

Puede ayudar a la hora de ofrecer una experiencia de cliente porque organizan grandes cantidades de datos, detectan fallos o posibles riesgos con antelación, sirven para minimizar riesgos… Pueden ayudar a tomar mejores decisiones. Hay oportunidades enormes, pero tenemos que ser conscientes de las limitaciones que hay a la hora de aplicar la inteligencia artificial en los entornos profesionales, hay que tener cuidado con los sistemas automáticos sobre la vida de una persona.

La digitalización está suponiendo en algunos casos la desaparición de puestos de trabajo, pero se espera que puedan aparecer nuevos perfiles profesionales…

El mercado laboral también es destrucción de profesiones y creación de otras nuevas y de nuevos modelos de negocio, nuevas actividades… ¿Quién iba a imaginar hace algunos años toda la industria de contenidos que se está desarrollando en las redes sociales y cómo ha cambiado el foco de la comercialización, por ejemplo, en el sector turístico?

El futuro es esperanzador y va a haber nuevas oportunidades profesionales. Va a ser un futuro en el que la tecnología nos ayude a hacer menos trabajo físico, en algunos casos, también trabajos menos repetitivos. Seremos más productivos y nos liberará tiempo

En el medio hay que gestionar la transición de la que hablaba al principio, cómo hacemos el acompañamiento de las personas que trabajan en un entorno más tradicional al entorno del futuro.

¿Cómo tenemos que prepararnos?

Hay que estar en un proceso de formación constante. Tenemos que asumir que no vale con estudiar algo y vivir 30 o 40 años de esa formación. Tenemos que profundizar muchísimo en la formación online y, una vez más, la inteligencia artificial va a ser muy útil para adaptarse a la velocidad de aprendizaje y adaptar los contenidos. Es decir, una formación mucho más personalizada. Hay que especificar más las necesidades formativas de cada uno de los sectores.

El talento es el gran talón de Aquiles, en general, de todas las industrias, también de la turística, que es estacional y seguramente habrá que enfocarse a las competencias digitales

Una parte de los trabajadores valora la formación y la adquisición de competencias para progresar y para mejorar en el futuro. Una decisión estratégica para un sector como el turístico, que debería contar con el apoyo público, sería que, en los tiempos en los que no hay trabajo por cuestiones de estacionalidad, se apostara por mantener a los trabajadores en procesos formativos, en esas competencias del futuro.

¿Y qué hay del factor humano? ¿Se va a producir una deshumanización del mercado laboral?

Depende un poco de las decisiones que tomen los que gestionan. Si decide incorporar tecnología que gestione personas o tecnología de vigilancia. Ya hay tecnologías que controlan o marcan los ritmos de trabajo de las personas; o los sistemas de atención al cliente, de repente son chatbots o contestadores automáticos. Ese tipo de tecnología es la que deshumaniza. Sin embargo, si se utilizan esos sistemas como complemento para que las personas que trabajan en un sector estén mejor, serán más productivos porque son más felices. Además, la empresa los retiene, los fideliza…

Hay que entender la tecnología como un medio para que el talento consiga sacar todo su potencial

En determinadas actividades, por ejemplo, la automoción es ya muy frecuente la utilización de robots. También empiezan a llegar a la recepción de algunos hoteles e incluso a sus restaurantes. ¿Se incrementará esta tendencia?

Creo que las recepciones con robots no tienen futuro porque cuando vas a un hotel, no buscas que te reciba una máquina, sino a una persona que te reciba con una sonrisa, que te explique lo que necesites. En el fondo buscamos experiencias entre personas. No creo que esto acabe extendiéndose de forma masiva, a no ser que sean empresas que lo que quieran es competir en costes, es más barato una máquina que una persona. Depende del tipo de empresa y del modelo de negocio que se quiera promover.

Fuente: Hosteltur

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