Según explica, tras las denuncias interpuestas a mediados de junio, “la situación no ha mejorado nada y los problemas han seguido en primera línea”.
Desde Palma Beach afirman a que aunque desde la Conselleria de Turismo se ha estado trabajando al respecto, «el abandono por parte del Ayuntamiento de Palma ha sido total», lo que ha provocado un alto índice de criminalidad, de menudeo de droga y «una sensación de inseguridad flagrante».
Si bien apuntan al “gran trabajo que se ha hecho este año por parte de la Policía Local, a quienes hemos visto volcados en arreglar los problemas de la calle”, advierten de que “no existen medios suficientes para poder erradicar el problema, con megabotellones de miles de personas”
Paralelamente, cargan contra la falta de servicios, mientras que en cuanto al margen de mejora para futuras temporadas, reclaman que el plan de trabajo “debe ser a 10 años para cambiar el modelo turístico, no comenzar de cero cada temporada”.
Denuncian que el turismo de borrachera no se ha erradicado en la zona.
“Necesitamos inversión en infraestructuras, controlar y erradicar el incivismo con un cambio de leyes y firmeza en su aplicación, un buen mantenimiento de playas y calles, embelleciendo jardines y diversificando los 6 kilómetros de playa monotemáticos, una reinvención del ocio propiciado por nuevas normas urbanísticas, la eliminación de hoteles obsoletos de 1, 2 y 3 estrellas, en definitiva, quedan mil asignaturas tras cinco años sin hacer absolutamente nada en Playa de Palma”, remarca Ferrer.
Temporada de éxito
Por otro lado, considera que la temporada ha sido «un éxito» aunque con altibajos, con momentos de «pico muy elevando, sobrepasando el límite aceptable» y otros con falta de visitantes, detalla Ferrer.
“Hemos echado en falta el cliente de entre semana, con bajones importantes de martes a jueves, y exceptuando los meses de julio y agosto, el resto se ha concentrado la temporada en fin de semana, lo que genera una ineficiencia a la hora de organizar los horarios en los negocios que dan servicios a estos turistas”, asegura
En cuanto al gasto turístico, Palma Beach ha constatado que, aunque durante los dos años de pandemia, la afluencia de turistas fue menor, “el poder adquisitivo era mayor, mientras este año «el turismo se ha ‘democratizado’ y el gasto ha sido menor”.
Respecto a la rentabilidad, los negocios de Palma Beach están “contentos con la temporada” aunque también han sufrido un turismo concentrado en fin de semana “y con puntas muy importantes, pero con valles a mitad de semana muy difíciles de rellenar y con un gasto no tan bueno como años anteriores, incluso con restricciones por la COVID-19”, detalla Ferrer.
Asimismo, informa de que temporada siempre se ha alargado hasta la primera o segunda semana de noviembre, pero apunta un problema: «se concentra en fin de semana y eso es fatal para los negocios, porque se les obliga a mantener una infraestructura de costes muy alta para sacarle provecho únicamente el viernes y el sábado, porque el domingo ya se van. El turismo solo de fin de semana no es sostenible en esta zona y hay que hacer todo lo posible para que estos turistas alarguen más”, reclama.
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Fuente: Hosteltur